martes, 4 de septiembre de 2007

Periodismo rancio

Estamos acostumbrados a hacer un espectáculo de la desesperación. Hoy ha sido el día grande del morbo: un puñado de ávidos periodistas retransmitiendo el sufrimiento de un hombre que se quema a lo bonzo.

La víctima se movía y el cámara le seguía. Periodismo rancio.

No se trata de no contar la historia. La cuestión es cómo se cuente. Y, desgraciadamente, todos los medios han tirado por el camino del morbo: poner a toda mecha el vídeo. Discrepo de esa teoría que dice que a mayor sufrimiento, más reacción. ¿Cuántos habrían visto el vídeo completo si no aparece un hombre luchando contra la muerte?

Insisto, para lograr el efecto de mostrar la desesperación me bastaba con ver los gritos de su esposa. No dudo que estos días será el vídeo más visto. Yo también busco la rentabilidad, pero hay que tener principios.

Un periodista no debe conformarse con poner la cámara y darle al botón de grabar. Eso lo puede hacer cualquiera. La diferencia entre un buen periodista y un mal periodista está en dar un enfoque distinto y en contar mejor la historia. Hoy todos han –hemos- sido malos periodistas.

En Mundoetnia.com hemos dado la noticia. Creo que el hecho -intentarse quitar la vida por un mal momento económico y familiar- refleja a la perfección la desesperación de un hombre, de una familia.

Pero hemos omitido el vídeo y las fotos y apostado por un enfoque más resultadista:
la solución que han dado a su problema.

La diferencia entre un ciudadano que cuente este hecho y un periodista es que éste debe tener la sensibilidad necesaria para hacer llegar los sentimientos sin caer en el morbo. Así todos somos informadores.