miércoles, 19 de septiembre de 2007

Cambios estructurales en Cuba

La Habana desde una terraza del museo de la Revolución

Conocí a Mauricio Vicent, corresponsal de El País en Cuba, en un hotel en La Habana. Nos explicó la realidad cubana con extrema pragmática. Dejamos caer y valoramos el ambiente crítico contra algunos proyectos del Gobierno que exponían ciertos cubanos.

Ahora que llegan las elecciones, curiosas en todos sus ámbitos, y las asambleas entre municipios se repiten, parece que se empieza a configurar el caldo de cultivo propicio para iniciar cambios estructurales.

Hoy lo explica a la perfección en su artículo Cuba inicia el debate del cambio.

Es compleja la situación. Tuve el placer de compartir horas y días con estudiantes de la Universidad de La Habana y sí que mostraban ciertas reticencias a los proyectos políticos y económicos del país. Pero de ahí a pensar que ellos sean los que encabecen la corriente crítica va un trecho.

Lo resume Mauricio en su nota:


¿El alcance? Algunos recuerdan que a comienzos de los noventa tuvo lugar un proceso similar. "La gente habló hasta por los codos, pero poco se hizo", asegura un ex militante comunista. Como él, hay muchos escépticos que se inclinan por el "ver para creer". Una figura política comprometida con la actual línea opina: "Lo que está saliendo ahora es lo mismo que la gente dice en la calle y en su casa". Consciente de que el concepto clave en el debate que comienza es cambio, habla de "crear consensos" y afirma: "O hacemos nosotros los cambios, o los hace la historia".



Después de deambular por el país y hablar con cienos de personas, sí que es cierto que todos piden un cambio. Ahora bien, la clave está en saber si esas reformas se harán con velocidad de crucero, desde el propio pueblo, o bien habrá que dejar el tiempo y el país en manos de la historia.